Solo una auténtica diosa se cubre con flores como único aderezo. En el centro de un jardín divino, Olympéa Blossom aparece más libre y sensual que nunca. Su belleza ilumina todo lo que la rodea. Allí por donde pasa, su espontaneidad desencadena una explosión de júbilo y libertad. Su historia se escribe como se componen los ramos de flores. Cuando la feminidad se atreve, la sensualidad se impone.