Es un aroma especiado amaderado que captura el inimitable legado de la Lacoste: ignorar con elegancia las reglas para liberarse de todas las convenciones. La audaz mezcla del ruibarbo y mandarina brinda la energía de la confianza revelada por un determinado corazón especiado de pimienta negra, todo realzado por una base sensual de madera de cedro, ámbar y vainilla.
familia olfativa
Se recomienda aplicar la fragancia allí donde late el pulso, como sucede tras las orejas, en la clavícula, las muñecas y tras las rodillas. ¿Por qué? En estas zonas la temperatura corporal es más alta y el perfume se evapora más lentamente.