Mathilde Laurent propone un acorde inédito en el que se combinan una flor y una sensación: un perfume floral-felino. Para la feminidad, ha elegido explorar con total majestuosidad una gardenia resplandeciente, sensual y delicada. Para el toque animal, un almizcle suave y delicado.
En el corazón del frasco, una escultura interior dibuja una pantera, imponente y fascinante.